La revolución de los succionadores de clítoris

Orgasmos garantizados, orgasmos al instante, orgasmos explosivos con o sin pareja. ¿Cómo no van a ser una revolución? Los succionadores de clítoris no son solo el juguete de moda. Tienen toda una historia detrás y han venido aquí para quedarse.
No son simples aparatos, sino llaves a la autoexploración sexual de las mujeres cisgénero y las personas con clítoris. Esta revolución es una revelación: de cómo conocer y dar amor a nuestros cuerpos, solas o en pareja, de la independencia individual para descubrir y regalarnos placer.

¿Qué es un succionador de clítoris? El boom del Satisfyer ha conseguido que este producto y succionador de clítoris sean casi sinónimos. Sin embargo, el Satisfyer es solo uno de los diversos succionadores de clítoris entre los que se puede escoger. Para empezar, un succionador de clítoris no succiona el clítoris. Es un juguete, no el ojo de un huracán, aunque cause sensaciones electrizantes.

 

En realidad, los succionadores de clítoris ni siquiera tocan la piel. Solo hay que colocar el cabezal cerca del clítoris y el succionador emite unas ondas vibratorias que reciben el glande del clítoris (que es solo la punta del iceberg de esta fabulosa parte del cuerpo humano) y buena parte del mismo. Con la estimulación, se comienza a bombear sangre, logrando así, una gran excitación.

 

Te han contado que el Satisfyer es una maravilla, y lo es. Sin embargo, existe una multitud de diferentes succionadores de clítoris para que cada cual pueda jugar a su propio gusto.

 

Pero, ¿de dónde sale este prodigio de la ingeniería mecánica? El detonante de la revolución de los succionadores de clítoris es el amor. Su inventor, Michael Lenke, creó el primer succionador de clítoris y su mujer Brigitte fue la afortunada beta tester del mismo. Después del primero vinieron más, muchos más, con el Satisfyer en primera fila en la actualidad.

Sin embargo, quienes lideran esta revolución son las usuarias de estos juguetes. Son ellas las que han alcanzado mucho más que placer. Hasta hace poco, la masturbación femenina era un tema completamente tabú. Existían mitos como que el principal proveedor de orgasmos femeninos era el coito, cuando la mayoría de las mujeres no llegan al clímax solo con esta práctica sexual.

 

La revolución de los succionadores de clítoris ha ganado enemigos: algunos hombres se han sentido intimidados por el enorme éxito de este juguete erótico. El principal motivo es que explora un placer en el que el pene no juega ningún papel importante y tampoco sirve para estimular la vagina, como se hace durante el coito. Es evidente que la masturbación femenina es aún un tema tabú en muchos sectores de nuestra sociedad en los que, cualquier muestra de independencia femenina respecto al falocentrismo es vista como una amenaza o un insulto.

 

Sin embargo, esta revolución no ha hecho más que comenzar. Ahora las mujeres ya no tienen que ocultar que se masturban. Pueden escoger ser discretas respecto a ello, comentarlo entre amigas o decirlo al mundo entero. La revolución continúa y los succionadores de clítoris son su consecuencia, su causa, su prueba tangible y su icono.