LA MARCHA ATRÁS

Seguro que has escuchado mil veces eso de “antes de llover chispea”, que quiere decir que
es posible que se produzca un embarazo si no se usa preservativo, aunque se eyacule fuera de la
vagina.

La marcha atrás es un método anticonceptivo que consiste en interrumpir la penetración para
sacar el pene justo antes de eyacular, para evitar que el semen entre en la vagina y pueda producir
un embarazo. Es un método poco eficaz. Según los estudios, la probabilidad de embarazo no
deseado a lo largo de 1 año usando la marcha atrás como método anticonceptivo es de
aproximadamente un 28%.

Se ha hablado mucho de que esta baja fiabilidad es porque “antes de llover chispea”. Esta
expresión hace referencia al líquido preseminal, que es expulsado por el pene mucho tiempo antes
de que se eyacule, y que puede contener espermatozoides viables.

El líquido preseminal lo producen las glándulas de Cowper, desde que empieza la excitación. Es un
fluido transparente y ligeramente mucoso, algo parecido a la clara de huevo, y su cantidad
depende de varios factores, y varía de una persona a otra. Hay personas que por lo general
expulsan mucho líquido preseminal y otras que apenas expulsan. Y también puede producirse a lo
largo de todo el encuentro sexual o solo al inicio o justo antes de eyacular. Son diferencias
totalmente normales que no deben preocuparte.

 

¿Y para qué sirve el líquido preseminal?:

1- Lubrica la uretra para facilitar la expulsión del semen.
2- Neutraliza la acidez de restos de orina que pueda haber en la uretra, para garantizar la
supervivencia de los espermatozoides.
3- Ayuda también a neutralizar el pH ácido de la vagina.

 

En sí mismo no contiene espermatozoides, porque los testículos no tienen nada que ver con su
fabricación, pero es posible que si hay restos de semen de antes en la uretra, al salir el líquido
preseminal, arrastre espermatozoides que no habían llegado a salir en la última eyaculación.

Lo que está bastante claro es que existe la posibilidad de que el líquido preseminal contenga
espermatozoides y, por tanto, de que acabe en embarazo no deseado. Así que es posible, pero ¿es
probable? En general no es muy probable que el líquido preseminal produzca un embarazo, pero
depende.

Si ha pasado tiempo desde la última eyaculación y se ha orinado después, la probabilidad es
bastante baja. Pero si en cambio ha habido una eyaculación reciente y no se ha orinado antes de la
siguiente penetración, la probabilidad aumenta considerablemente, porque habrá restos de semen
reciente en la uretra y probablemente espermatozoides viables que pueden ser expulsados con el
líquido preseminal dentro de la vagina.

 

Pero que sea poco probable que un embarazo se produzca por el líquido preseminal no significa
que la marcha atrás funcione. El mayor riesgo de la marcha atrás se debe a que es muy difícil
garantizar que toda la eyaculación se expulse fuera de la vagina. Puede que la persona que eyacula
piense que tiene un control absoluto, y que aun así una parte de la eyaculación se expulse dentro,
sobre todo teniendo en cuenta el nivel máximo de excitación que se alcanza justo en el instante
previo al orgasmo, que se acompaña de esa sensación de “ya no hay vuelta atrás, voy a eyacular”,
que se llama punto de no retorno, y donde la persona ya no tiene ningún control sobre su
eyaculación.

Es muy frecuente que la persona no sea capaz de retirar el pene a tiempo y que ni siquiera se dé
cuenta de ello. En estos casos el embarazo es mucho más probable.

La marcha atrás te obliga a detener la estimulación justo en el momento de placer masculino más intenso, y
además prosiblemente limita el disfrute a lo largo de todo el encuentro, porque desvía tu atención y
concentración a controlar tu eyaculación más que al placer que estás sintiendo. Además, en relaciones ocasionales 
expone innecesariamente a infecciones de transmisión sexual. ¡Valora su práctica!